Eficiencia energética, el fintech y el futuro del consumo inteligente

Cada vez más el ahorro y las finanzas están más ligadas al mundo de las nuevas tecnologías. Gracias a ellas somos más capaces de medir el consumo y cómo optimizarlo (convertirlo en consumo inteligente) en prácticamente cualquier aspecto de nuestras vidas cotidianas. Y al alcance de cualquiera.

Pasamos por un momento en el que podemos pagar cualquier cosa con nuestro smartphone (Apple Pay), controlar nuestros gastos y gestionar las finanzas personales (Fintonic), y hasta consultar nuestras inversiones o cuentas bancarias. Las apps móviles están en todas partes.

Conseguir ahorrar de forma eficiente es más fácil todavía si también utilizamos la energía no sólo para gestionar el dinero sino el consumo. El fintech nos permite detectar en qué nos gastamos el dinero (en la factura de la luz, en servicios, en el supermercado, seguros,…) y detectar dónde tenemos margen de mejora.

El fintech acaba por derivar en otros negocios de moda como el insutech que apuestan por unir tecnología a empresas de seguros. Pero el siguiente paso era inevitable, el ‘tech’ tenía que acabar por llegar al mundo de la energía y el consumo. Especialmente desde el punto de vista doméstico.

 

¿Y para un consumo inteligente de energía?

Sí, se está abriendo el camino de la energytech. Esto significa que cada vez más se está asociando el ahorro a la eficiencia energética y generando un rechazo al derroche. Ser eficientes energéticamente nos puede permitir un gran ahorro. La domótica es la forma más clara que energytech.

Esta tecnología aplicada a los hogares permite reducir sus gastos de energía, agua, climatización, etc en más de un 80%. Una auténtica apuesta de ahorro, que combinado con unas buenas prácticas de eficiencia energética podemos optimizar todavía más.

Por ejemplo, utilizar electrodomésticos con una certificación energética positiva, aislar bien la vivienda, instalar enchufes inteligentes o cortinas que se puedan subir y bajar según la temperatura o luz solar son solo algunos ejemplos.

Al final de cuentas, la tecnología es únicamente un facilitador de ese ahorro y esa eficiencia. La empresa que apueste por el Big Data, podrá ofrecer herramientas para gestionar datos de forma inteligente y para el consumo inteligente.

Pero en última instancia, estará en manos de cada persona decidir qué hacer para conseguir ahorrar, gestionar tus finanzas y su dinero. Pero desde luego, la tecnología nos lo pone muy fácil si decidimos apostar por un ahorro y consumo eficientes.

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