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En la última década la manera de ver el mundo ha cambiado. Y también la manera de contarlo. Narrar historias no solamente se limita a la palabra escrita si no que las maneras de comunicar han cambiando.
También para contar biografías. Empiezan a surgir técnicas nuevas para narrar la vida de personajes célebres. Es precisamente Fernando Zapico quién me ha enseñado con una de sus obras que se puede ser un gran narrador de historias sin recurrir a la prosa sino con la novela gráfica y el cómic.
Nadie puede rebatirme que leer cosas nuevas de vez en cuando, obras que se salgan de tu género habitual, es un buen ejercicio que hace trabajar a nuestro cerebro. Así que así de botepronto, me decidí a introducirme en el mundillo.
Y por pura curiosidad me planté delante Dublinés. Una obra del historietista e ilustrador asturiano Fernando Zapico, que relata una biografia dibujada de James Joyce, el afamado escritor irlandés autor de ‘Ulysses’. Para los que no sepáis de literatura , pero sí de música, Frank Ferdinand le dedica una canción a esta obra en su álbum.
No tiene nada que ver, pero la canción me encanta 😉
¿Porqué me gustó ‘Dublinés’?
Primero que nada fue la ligereza de la narrativa. El texto aporta mucho, pero en conjunto es bastante escaso, por eso deducir el resto de la imagen es, como poco, estimulante. Ambientación, contexto, personalidades plasmadas como un eco impreso en el papel. Y sin embargo ahí están.
Me gustó también que terminaba por relatar la turbulenta vida de un autor de un modo que no sabes decidir bien si odiarle o sentir lástima por él. La fidelidad a la realidad de la vida de Joyce es sin duda uno de sus puntos fuertes.
También llegas a comprender perfectamente porqué es tan ‘coñazo’ la famosa novela ‘Ulysses’ de Joyce. Yo me quedo con que el tío era un poco presuntuso, que aún después de varias décadas aún nadie puede leerse ese libraco del irlandés. Que sí, desconfiad de quién os diga que ha leído Ulysses, seguro que es postureo.
Cómo reírse con un genio de la literatura sin burlarse de él
El toque de humor, una biografía humana, que de mano con la broma y el chiste te llevan a través de un drama, una historia humana oscura. No te presentan a una buena persona. A veces te das cuenta de que Joyce debió de ser un gran ogro, por sus desgracias personales, pero también por las que se buscaba él mismo. Un buen ejemplo es su recurrente adicción a la bebida.
Presenta los pasajes más oscuros de la vida de Joyce con cierta alegría, incluso sus borracheras más lamentables te sacan una sonrisa. Tratando siempre de humanizar a un autor que es a la vez presentado como una oveja negra y un borracho, al que intentan reconducir una y otra vez sus amigos. Eso sí, sin lograrlo.
Una vida oscura y turbulenta que ni su apasionado amor por su mujer Nora pudo sosegar. Y que de hecho arruinó todavía más.
Un dublinés en blanco y negro: ¿una buena opción?
Desde un principio parece un reflejo de la rigurosidad de la intensa documentación de Zapico, el reflejo de la dura tarea por ser fieles a la verdadera historia y al verdadero Joyce. Pero también aboga en favor al núcleo del propio Joyce. Un hombre oscuro, turbio y con un pasado muy oscuro.
Le da seriedad al relato, a pesar de las bromas que quieren y el chiste de momentos duros, como las recurrentes noches de borrachera de Joyce. Sus problemas de visión a lo largo de su vida, y de su pobreza.
De ‘Dublinés’ y de James Joyce me quedo con…
Con que la figura que nos llega vagamente de Joyce no tiene mucho que ver con la realidad. Era un hombre que sufrió mucho, pero también era un hombre soberbio que en nombre del arte atacó a amigos y se quedó prácticamente arruinando su vida y los de su alrededor. Una manera de decir que no todo vale, y el más claro ejemplo de que el karma existe.
Pero también con el espectacular recorrido por Europa de la mano de Joyce, paradas por las capitales europeas más importantes. Un viaje de la mente y el corazón a través del papel y la tinta.